Jessica Isidro explica su proceso de trabajo «del encargo al prototipo»

Producto — 18 mayo 2015

Jessica Isidro, alumna de Diseño de Producto de la EASD Valencia, diseña una tumbona por encargo de las empresas Maderas Gavejo y Océano Naranja. El proyecto, que responde al objetivo de “Diseñar otras aplicaciones con la madera de paulownia”, permaneció expuesto en la Sala de Exposiciones de la Escuela de Diseño junto a otros trabajos de la asignatura Laboratorio de Ideas.

Desde el comienzo Jessica eligió la madera de paulownia con la intención de “explotar, entre otras, las propiedades de impermeabilidad, indeformabilidad, inastillable, buena trabajabilidad, ligereza, imputrescibilidad, solidez y flexibilidad”. Tras el estudio minucioso y la comprobación de las propiedades en otros objetos como las tablas de surf, se propuso diseñar una tumbona cuyo uso fuera óptimo dentro y fuera del agua.

”Después de haber investigado y comprobado los tipos de tumbonas que existen, decidí que la forma y el concepto de mi diseño se basaría en la naturaleza, inspirándome en una hoja de árbol”, explica. Para ello estudió detenidamente “la antropometría de otras tumbonas”, aunque finalmente tuviera que reducir sus dimensiones: «aligeré al pasar de unos 40 kg a 28 kg y, facilité su transporte al incorporarle unas ruedas y una agarradera”, detalla.

Jessica considera que “el sistema de montaje que propuse era muy fácil y factible para la empresa, pero a la hora de fabricarlo una misma, fue bastante costoso”. Durante el proceso de producción reconoce que “lo más duro fue estar tres tardes enteras lijando la madera de paulownia ya que, después de haber sido cortada con la fresadora, salía muy astillada”.

Poco a poco fue solventando todo tipo dificultades: «Pegué los tablones pero siempre quedaba algún hueco, por lo que tuve que masillar y evitar así que no le entrara agua. Para que quedara todo uniforme, el redondeo de la parte superior no lo pude hacer como en los render, por el temor de quedarme sin material y que se agujereara», concluye.

Tras todo el trabajo de investigación, diseño y producción reconoce que la experiencia ha sido reconfortante: “Me gustó mucho haber manejado todo tipo de máquinas, que no había utilizado nunca, trabajar en Océano Naranja y haber producido con mis propias manos mi prototipo”.

 

 

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